Poema sin recitar
Casi fui atropellado por llegar a tiempo a nuestra cita. Linda, lindísima… Me sonríes para saber de los versos que me inspiraste anoche. Me siento y tomo la palabra. “Linda, lindísima como la esperanza de amarte para callarte los suspiros con mi boca…”. No me dejas terminar. Te ríes. Ya lo habías leído antes. Es imposible si anoche vomité los sentimientos en mi libreta, el único testigo de mi desnudez. Busco la frase en el celular y es verdad. Alguien ya lo habia escrito, y no solo eso: el resto…
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