Lo que nadie se imagina 38
Era un día de mierda cuando Camilo Ugarte entró a una tienda de electrodomésticos minutos antes de que cierre. “Quiero esos cuatro televisores”. Miró su reloj algo apurado. Aún no era de noche. Sabía que estaba con el tiempo en contra. No la pasaré solo… No la pasaré solo… No la pasaré solo… Mientras esperaba por la entrega de su orden, Camilo ordenó un taxi con dirección a su pequeño departamento en Lince. Camilo sonrió al ver que la unidad llegó al mismo tiempo que sus televisores estaban listos para…
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