El mecanismo N-E-R-D

No suelo ver fútbol nacional, pero me siento identificado con Alianza Lima por razones históricas: descendiente de raza negra, siento simpatía por el club obrero de La Victoria fundado en 1901. Este mecanismo de elección, basado en data informativa para argumentar mis preferencias, es recurrente en varios aspectos de mi vida, y en Cuba no fue la excepción.

Además de tomarme el mejor mojito de la isla en el bar ‘Dos Hermanos’, mis labios tuvieron el placer de saborear el mejor havano. ¿Pero cuál de toda la variedad? Nuevamente, aplicando mis argumentos nerd, aposté por consumir los havanos ‘Montecristo’. La razón es sencilla: fue la misma marca que Ernesto Guevara de la Serna, El Ché, consumía durante su estancia en Cuba tras la revolución, y su gusto era más suave al resto del mercado. Al volver a Lima, no fui tan egoísta para regalarle a mi madre los habanos que a mí me gustaban, así que para sorprenderla -aplicando nuevamente el mecanismo nerd- le traje habanos ‘Cohiba’, los mismos que fumó el líder guerrillero Fidel Castro. Además del presente, sé que a mi madre le gustó el motivo de mi elección.

No hay que ser monos cuando se trata de escoger algo bueno, porque el resto piensa que así lo es. No te creas intelectual si has leído todos los ‘best seller’ en literatura, ya que pueda que esa información no haya abarcado tus pasiones, mismas que resultaron las menos populares. Igual pasa con la música, hasta que no hayas tu género musical, te rendirás al gusto del resto: repetitivo, comercial y plástico.

Foto: Jorge Royan – Wikimedia. Bajo licencia de Creative Commons