A la mitad de una canción apareces sin pedir permiso y mucho menos perdón para sacarme a bailar y volamos sobre las aceras hasta elevarnos como burbujita, hasta arriba, muy arriba y explotar en gotitas que nadie verá, porque nadie nos verá volar ya que nunca bailamos ni nos pedimos permiso y menos perdón. Ya te habías ido y la canción se fue contigo y contigo mis ganas de volar.
Leer másTe recuerdo como pintada al óleo cuando dije tu nombre. Las estrellas parecían brillar un poquito más cuando sonreíste, algo perdida, algo feliz, sobre cómo los extraños pueden recordarte, alma fugaz de pies pequeños, princesita que de puntitas caminabas por los adoquines de mi barrio. Qué me faltó para meterme en tus labios para que me respires y hacerme aire, que me soples hasta las nubes… Convertirte en mi asesina y uno con ganas de morir.
Leer másA qué huelen tus labios cuando antes de cerrar los ojos dices mi nombre… Qué es lo que imaginas cuando tus párpados me hacen desaparecer y yo desaparezco cuando me haces sentir que existo… O a quién tomas de las manos cuando atraviesas la carne y me duermes en medio de la neblina, fría y húmeda como los labios que tocan mi boca antes de que cierres los ojos y digas que no te acuerdas de mi nombre…
Leer másRespira sobre mí hasta que la piel se desgarre y con el sol se transforme en ceniza, en una extensa e infinita para así meterme entre tus uñas, en tus pies descalzos, detrás de las orejas y en la comisura de tus labios. Sentir que de un soplo me desprendo hacia la nada: el deseo de no sentir, que lo único que me ata a nuestro laberinto son las ideas temerarias, la consciencia de mi cuerpo a la que nadie puede herir. Extender mis cenizas donde no termina el viento,…
Leer másQué palabras más dulces son las que cuestan creer, las que duelen hasta la mierda, las que uno cree por deseo… Solo no las digas más, no cites lo que por etiqueta crees que vale mi existencia, no me digas que estoy lejos, que no te alcancé en las estrellas cuando juego con mis manos con las luces pobres y pantanosas de las luciérnagas. Solo no me digas que no sufra, que no respire, que no siga… Que no me insistas con tu certeza, no arrimes a mi lado la…
Leer másCuánto tiempo necesita la memoria para honrarte por siempre en mis versos… Cuántos segundos hacen falta para meterme en tu vida a través del suspiro de una noche infinita… Que ya acabó, pero infinita en la memoria que te recuerda y reinventa, y vuelve a tenerte frente a mis ojos con la respiración contenida en un gemido, una mirada, en un silencio en el que hablamos sin palabras, en una oscuridad donde coincidieron las casualidades que ya saben a destino… La improvisación de nuestros malabares, el arte de tenernos y…
Leer másCreo haber sido otro quien consumió tus suspiros entre cada beso, quien perdió parte de su piel en tu boca, quien vivió lo que parece un sueño… Digo no estar convencido de haberme perdido en tus noches, de haberme extendido hasta el ser, de respirarte desnuda como si se tratara un sueño… Insisto no creo haber sido yo, porque me siento como el testigo de mi propia fortuna, ajeno al milagro de tenerte, de tocarte y perderme, extraviado en la felicidad de lo indescriptible, en la felicidad de quienes contemplan…
Leer más
