Los autoantónimos, las palabras con significados contrarios

El español es tan hermoso como complicado. Recuerdo haber conocido a una canadiense dispuesta a aprender español, porque le parecía «muy romántico». Imagino que debe ser su origen común con las lenguas latinas, sea el italiano o el francés.

Quién sabe, la cuestión es que estaba dispuesta a aprender la lengua de Cervantes. Mientras haya ganas, todo es posible; sin embargo, cuando aprenda que hay palabras en español que significan una cosa y su contrario a la vez -es decir, su significado tiene dos sentidos opuestos-, quisiera ver su gesto de incomprensión.

Así como lo lees. A estas insólitas palabras se les llaman «autoantónimos» y son tan reales como todas las veces que has usado de ellas sin darte cuenta de lo complejo de tus frases. Veamos unos casos para convencerte.

Alquilar. Cuando dices «Juan alquila una casa», estás diciendo que el sujeto está habitando un espacio temporalmente o que él mismo esté ofreciendo su vivienda a un tercero a cambio de dinero.

Casero. Casi siempre se utiliza para referirse al propietario de un inmueble que está siendo ofrecida el alquiler. No obstante, la Real Academia Española añade el significado que puede referirse al inquilino.

Defender. El término es usado tanto para proteger algo (El policía difiende al ciudadano) como para estorbar alguna acción (El defensa defiende al atacante).

Monstruo. Puede ser usado para referirse a la “persona o cosa muy fea” como al expertiz en varias actividades. Ya saben, como el monstruo de IDAT. Un réclame bastante viejo, lo sé.

Limosnero, ra. Según la RAE, el término puede referirse tanto quien da limosnas como quien las pide.

Y así hay muchas otras más. Este solo es un pequeño compilado de lo que pienso que son los términos más usado en el día a día.