Cómo saber que no todos son idiotas y el problema eres tú

Ya sea cuando crees que las redes sociales están llenas de comentarios imbéciles o que la la humanidad no merece una segunda oportunidad, hay probabilidades de que el problema seas tú y no el resto… y eso puede doler en lo más íntimo de nuestro ego. «No eres tú, soy yo» en su forma más brutal y sincera, prácticamente una declaración en contra de la naturaleza de quien se cree por encima de los más. Exacto, de «quien se cree», y uno puede creer en muchas cosas y no siempre todas son ciertas.

Hay algo en la psicología social que se llama el efecto Dunning-Kruger, un sesgo cognitivo según el cual sobrevaloramos nuestras aptitudes sociales e intelectuales. Lo interesante es que dicho efecto sucede tanto con los incompetentes, quienes creen saber más que los demás y solo hablan cojudeces, como los altamente competentes, quienes subestiman sus habilidads en relación con la de otros.

Aquí te dejo un video publicado por TED que ya tiene casi siete millones de reproducciones y explica muy bien este fenómeno que forma parte de la «superioridad ilusoria».

«Nos juzgamos a nosotros mismos como mejores que otros en un grado que viola las leyes de las matemáticas», reza el video.

TED pone como ejemplo dos empresas que pidieron a los ingenieros de software que calificaran su desempeño. El 32% de una y 42% de la otra empresa se autoposicionaron entre el mejor 5%.

Otro es el caso que el 88% de los conductores de Estados Unidos se autodescribieron con habilidades de conducción por encima del promedio. ¡Algo que no tiene lógica!

Hay que precisar que no hay un perfil sobre quiénes son más los más susceptibles al efecto Dunning-Krueger: todos estamos igual de expuestos, porque todos tenemos incompetencias que no reconocemos. No obstante, quienes más tienden a sobrevalorarse son quienes están peor cualificados.

El origen del efecto efecto Dunning-Kruger está en que los menos calificados en un campo no tienen la experiencia necesaria para saber que lo están haciendo mal. A esto se suma nuestras experiencias para la construcción de historias en las que creemos saber lo suficiente sobre determinada materia. O, en otras palabras, nos convencemos de que sabemos más al sobredimensionar nuestro conocimiento sobre algo que desconocemos, pero que ligeramente dominamos.

Ahora, si quieres saber qué tanto estás inmerso en el efecto Dunning-Kruger, puedes perdir comentarios a otras personas y seguir aprendiendo para saber qué cosas desconocemos.