Por qué no recuerdas los libros que leíste

Hay algo que nos hace sentir culpables a la hora de contemplar nuestro librero personal. ¿Cuánto recuerdas de las obras que ya has leído? La angustia se apodera de uno cuando recuerda detalles como la editorial, el lugar donde se compró un determinado libro y hasta los lugares donde se sentaba con él para disfrutar de la lectura, pero nada acerca del contenido. Somos capaces de recordar con lujos de detalle la experiencia de leer, pero no lo que se lee.

Tranquilo, no eres el único que atraviesa por esa experiencia. La razón científica de este olvido se debe a lo que los especialistas llaman «curva del olvido», que es la velocidad con la que olvidamos algo, cualquier cosa, y que es más intensa en las primeras 24 horas después de haber aprendido algo nuevo.

Una manera para evitar el efecto de la «curva del olvido» es mediante el repaso constante; sin embargo, debido a que tenemos la costumbre de leer libros enteros de un tirón, somos incapaces de memorizar todo el contenido. Aquí abajo te dejo un plan de estudio para que tu memoria sea prodigiosa a la hora de estudiar.

¿Debes sentirte culpable? Mucho depende de la intención que tengas con tus libros. Una cosa es estudiarlo para un examen y otra es la lectura casual. Además, memorizar algo -lo que se conoce como «memoria de recuperación»- es cada vez menos valorada, debido a que la información está disponible de manera inmediata gracias a Internet. Ya no hace falta estar saber todo a pie juntillas, sino reconocerlo para luego acudir a la fuente.

Ya sabes, entonces, nada de caras largas. Además, si buscas un consuelo, lo mejor de un libro es lo que uno aprende a través de ellos según tu propia crítica, en lugar de memorizar sin cuestionamiento a los autores.