Albert Einstein escribió esta carta para sus tataranietos de 6939

Albert Einstein fue un genio. Su aporte a la física aún sigue vigente, así como tantos otros mensajes que dejó para el futuro de la humanidad. De alguna manera, Einstein se ganó la inmortalidad.

Algo interesante de Einstein es que, entre sus muchas teorías y avances científicos, dejó una carta para las personas del futuro, específicamente para quienes viven en el año 6939.

¿Por qué ese año? ¿Qué dice esta carta? Vayamos con calma. La historia empieza con el escritor de ciencia ficción G. Edwards Pendray, quien además trabajaba de relacionista público para Westinghouse Electric and Manufacturing Corporation.

Fue en 1939 cuando Pendray llevó a cabo la construcción de una cápsula del tiempo que deberá ser abierta dentro de 5000 años; es decir, en 6939.

La cápsula tiene un peso de 363 kg y unas dimensiones de 2.28 metros de largo y 16 centímetros de diámetro interior. Su contenido es variado, consta de 35 objetos, entre revistas, periódicos, telas, semillas, arte contemporáneo y 10 millones de palabras en microfilm, además de una guía sobre cómo construir un lector de microfilm.

Entre los intelectuales que se animaron a dejar un mensaje para el futuro, Albert Einstein se apuntó con tremenda misiva. Echa un vistazo y tendrás la sensación que no se equivoca en nada.

Vivimos una época rica en inteligencias creadoras, cuyas expresiones han de acrecentar considerablemente nuestras vidas. Hoy cruzamos los mares merced a la fuerza desarrollada por el hombre, y empleamos también esa energía para aliviar a la humanidad del trabajo muscular agotador. Aprendimos a volar y somos capaces de enviar mensajes y noticias sin dificultad alguna a los más remotos lugares del mundo, por medio de ondas eléctricas. No obstante, la producción y distribución de bienes se halla por completo desorganizada, de manera que la mayoría ha de vivir temerosa ante la posibilidad de verse eliminada del ciclo económico, y sufrir así la falta de lo necesario. Además, los habitantes de las distintas naciones se matan entre sí a intervalos regulares, por lo que también, debido a esta causa debe sentir miedo y terror todo el que piense en el futuro. Esta anomalía se debe al hecho de que la inteligencia y el carácter de las masas son muy inferiores a la inteligencia y al carácter de los pocos que producen algo valioso para la comunidad. Confío en que la posteridad lea estas afirmaciones con un sentido de justicia y la necesidad de un cambio en la situación.

Cabe precisar que en 1965 se enterró una segunda cápsula diez metros al norte de la original. Ambas cápsulas fueron enterradas a dieciséis metros de profundidad en el Parque de Flushing Meadows, que albergó la exposición Exposición Universal.