Quién eres según cómo gastas tu dinero

Casi a mis 30 años aprendí que endeudarse no es malo. Suena extraño, pero -en el fondo- tener una arruga con el banco es muestra de confiabilidad, de liquidez mensual para asumir una responsabilidad crediticia. Ahora, según lo que hagas con ese dinero extra, se puede determinar ciertos perfiles psicológicos. Aunque el más romántico dirá que no «somos» el dinero que tenemos en la cuenta bancaria, hay ciertas pistas de nuestra personalidad en la manera en cómo hacemos uso de los recursos disponibles.

Los cinco perfiles económicos que pasaré a describir aparecen en el libro Money Mindfulness (Grijalbo), de Cristina Benito.

Con un método revolucionario que aúna el Mindfulness y los secretos de los hombres y mujeres de negocios más exitosos del mundo, aprenderemos a generar, conservar y multiplicar nuestro dinero, sean cuales sean nuestros ingresos, para que nunca más sea un problema.

Sinopsis – Money Mindfulness

QUIÉN ERES SEGÚN TU DINERO

1) El pirómano. Es alguien que «quema» el dinero; es decir, un gastador compulsivo. Según Benito, esa persona tiene una insatisfacción en la vida y compra «caprichos» para sentir placer de manera instantánea.

2) El desprendido. Típico de quienes tienen baja autoestima y creen poder «comprar» la amistad o el amor de los demás. Se trata de alguien que siente la necesidad de entregar su dinero -incluyendo préstamos- a cambio de aprobación.

3) El neurótico. Esto sí que es increíble. El neurótico es quien cree que ser pobre es una manera de ser «puro» según la cultura judeocristiana, y en caso de ganar dinero, siente que está en falta con sus ideales. Incluso, teme ser criticado por sus compañeros por escalar de escala social.

4) La hormiguita. Este perfil es moderado respecto al gasto del dinero, pero puede dar problemas cuando el ahorro se vuelve una fijación enfermiza. La hormiguita puede atravesar incomodidades intencionalmente para estar prevenido a cualquier impase, como perder el trabajo.

5) La nube del no saber. A veces no sabemos qué hacer con el dinero y confiamos en una segunda persona para que lo administre, como un familiar, un amigo o la pareja. Y desprenderse así de esa responsabilidad puede ser todo un problema para el futuro.