Tenue soledad
Te absorbí a través de los labios,
tu cicuta que me acorta la vida,
que me enciende los sueños
cuando aún sigo en la vigilia
o me arrebata el aire del pecho
mediante convulsiones poéticas.
Dulce veneno eres para pudrirme
por dentro tan poquita fuerza
que se alimenta del recuerdo
en una noche de fiesta.
¡Pero no puedo decirte basta!
Que de mí has hecho un enfermo
del síndrome de abstinencia,
un mal con diagnóstico reservado
para evitar que me visites
cuando suplico tu asistencia.
Que en silencio siento espasmos
y escucho el suave susurro
de una simple vida inventada
a través de alucinaciones de colores.
Y dentro de todos ellos,
entre los grises, verdes y azules,
se asoma una tenue soledad
que me recuerda a ti.