Nunca serás más joven que hoy

La base 3 está cada vez más cerca y empiezo a sentirlo en algunos aspectos de mi salud. ¡No exagero! Por ejemplo, ya las juergas me agotan el físico, me duele el hígado cuando tomo trago corto, las resacas me duran dos días y las simples lesiones al cuerpo ya no se arreglan de la noche a la mañana.

Simplemente ahora siento que llegué al cenit de mi proyecto de vida en la naturaleza humana para comenzar con la larga y agónica degeneración del organismo. Claro, porque hasta los 25 uno va creciendo y adoptando nuevas competencias físicas y mentales, pero luego ya solo es un proceso lento de muerte hasta acabar hecho polvo. Lo sé, suena dramático, pero la verdad es así algunas veces si te atreves a detallarla con todas sus palabras.

A veces me pongo a pensar y regreso al pasado para reflexionar algunas cosas que no hice en su momento, sea en materia académica, laboral o deportística. Pero siempre caigo en la razón que el André en ese momento pasado habrá tenido alguna razón o justificación para no hacer lo que le gustaba, que ese joven estaba simplemente interesado en otras cosas.

¿Pero acaso hay cosas que simplemente nunca las harás porque no lo hiciste de joven? ¡Eso sí es dejarse morir! Así como de joven no tuviste razones para hacer lo que deseabas, pues ahora de adulto nada te detiene. Creo que el tema aquí es la palabra “adulto”, que supone cierto comportamiento implícito de madurez y aburrimiento. Pero nada que ver, somos los eres humanos que dotamos de significado a las palabras y no al revés.

Quizá hoy a tus 30 años seas el “joven que no hizo nada” cuando reflexiones a los 60, y así hasta el infinito. Por eso digo que nunca serás más joven que hoy, porque de esa manera reconoces tu valía para hacer las cosas ahora mismo aprovechando las circunstancias actuales y sin ataduras, a diferencia del joven-niño que dependía de los padres y de un ambiente desconocido por la inexperiencia misma de ser joven.

Así que nada. Lo mejor es perder la vergüenza y satisfacer ese joven dentro que se quedó con tantos proyectos inacabados. ¡Pero sobre todo es la actitud! Eso es lo que debe perseverar en todo momento.

“Eres como un niño grande, André”. Ya me lo han dicho tantas veces. Creo que no lo dejaré de ser nunca… Eso espero.