Luis Solari en Radio Exitosa: la “cortesía” del acoso

Asco. Siento asco luego de leer los comentarios de quienes defienden al ex primer ministro Luis Solari cuando intentó forzar a una antropóloga a recibir un beso suyo durante una entrevista en Radio Exitosa. La lamentable escena puedes observarla a continuación.

 

No entraré en detalles sobre la ideología de género ni cómo se desarrolló el debate, porque estos aspectos escapan al propósito de mi publicación: reflexionar sobre si está bien forzar a alguien a recibir una “cortesía”. Leyendo los comentarios -con el dolor que eso genera-, observo que el argumento común es la agresión contra las feministas como resentidas sociales. Incluso los hombres, quienes creen que Solari actuó como un ‘caballero’, lo felicitan porque hizo quedar en ridículo el supuesto extremismo del feminismo al negarse a un “inocente beso”.

“Excelente lo que hizo el buen señor le dio catedra durante 38 minutos de debate y luego expone el afan de victimizarse que tiene el feminismo. ‘Tengo derecho a proteger mi cuerpo’… un beso es una agresión?”, “Este hombre es un héroe, expuso a esta féminazi en su real faceta”, “Ahí una.muestra del nuevo feminismo ..el q no tiene respeto alguno por los demas … son una burla para las mujeres respetuosas que.lucharon años por sus derechos … Ser feminista no significa no tener un minimo de respeto o cortesia hacia los demas” (sic) son algunos de los comentarios que más bilis generaron en mi organismo.

Temo que los hombres que piensan así es porque solo se miran el ombligo a nivel sociocultural. Temo que estos hombres no evalúan que cada persona es un universo de valores distinto y cada quien tiene su manera de cómo ser saludada. Hacer las cosas “por costumbre” es una práctica terrible, porque homologamos las experiencias de las personas que no piensan como nosotros. ¡Lo peor es que nadie piensa en estos matices de la realidad y miden todo con la misma vara!

Solari aprovecha la negativa de la antropóloga para tildarla de maleducada, porque se negó a darle un beso de cortesía para cerrar el debate. Quienes apoyan la actuación de Solari se se olvidan de que ella (como toda persona en este planeta) tiene el derecho de saludar o despedirse según como se sientan más cómodas. De lo contrario, actuar pensando que esa otra persona debe corresponderme según mi universo de valores es una posición egocentrista.

Por ejemplo, no puedes saludar con un ‘besito’ por primera vez a una mujer estadounidense, porque el primer contacto siempre es dando la mano. Que ella no dé besitos a primera vista no la hace malcriada, solo diferente según valores culturales. Lo mismo sucede a nivel personal: cada quien tiene un universo de valores distinto y nadie está obligado a actuar de una manera u otra. Para esto hay  que ser consciente de las diferencias en cada momento.

La actuación de Solari me hizo recordar un pasaje del libro de etiqueta social ‘Ese dedo meñique’ de Frieda Holler. La autora señala que cuando se saluda a una mujer es ella quien decide cómo ser saludada. No se trata de preguntar expresamente “hola, ¿cómo quieres que te salude?”, sino de tener la capacidad de leer el lenguaje corporal sobre cómo acercarse a las personas.

Personalmente cuando conozco a una chica, siempre me acerco un poco con la intención de saludarla, pero me detengo a tiempo para leer su reacción. Si ella se acerca, pues sé que me saludará con beso. Si mantiene la distancia, pues estiro la mano. Así de sencillo. A lo que denominamos “cortesía” no es algo universal, por favor, métanse eso en la cabeza, porque se trata de una construcción social.

Lo que sí es universal, tanto para hombres como mujeres, es el respeto por nuestras diferencias de valores y creencias, siempre y cuando estos elementos no atenten la estabilidad social. El feminismo busca precisamente la ruptura de esa visión retrógrada de “lo socialmente establecido” para hacer creer que una mujer se debe a la voluntad de los hombres o del conjunto de valores que infravaloran su participación social y política.

El beso de Solari es precisamente eso: una insensibilidad hacia la antropóloga, forzándola a recibir un gesto de “cortesía” (para él) que ella no comparte. La invitada responde extendiéndole la mano, pero Solari arremete otra vez con el beso para forzarla a cumplir la cortesía. Esa actuación de insistir en algo causando molestia es acoso. No lo digo yo, sino la Real Academia Española.

Acosar
Del ant. cosso ‘carrera’.

1. tr. Perseguir, sin darle tregua ni reposo, a un animal o a una persona.
2. tr. Hacer correr a un caballo.
3. tr. Apremiar de forma insistente a alguien con molestias o requerimientos.

En realidad me da lástima, porque los comentarios dan cuenta que como sociedad no avanzamos. Aún creemos que los hombres tenemos corona, pensando que las mujeres no merecen el mismo respeto. Incluso, no merecen si quiera reflexionar sobre lo que ellas sienten, sino que deben asumir la realidad ipso facto.

Nuevamente, pido disculpas a todas las mujeres por las atrocidades de mi especie. No nos metan en el mismo saco.

Foto: Ernest Duffoo – Flickr. Bajo licencia de Creative Commons