Hola, ¿deseas conversar conmigo?
Siempre hacemos el habla para conocer muchas cosas, la hora, el nombre de una persona o el clima, pero creo que no disfrutamos realmente de lo que es conversar.
Conversar, según la Real Academia Española, dícese del dicho de una o de varias personas y “tratar, comunicar y tener amistad con otra u otras”. El problema con esta muy sencilla descripción es que socialmente esta práctica es percibida bajo una intención determinada. Por ejemplo, cuando un joven le dice a una chica para salir a conversar, pues nunca tuvieron la oportunidad en momentos anteriores, la fémina piensa algo como “Este cree que nací ayer. Obviamente quiere algo más”.
El escenario antes planteado creo que se solucionaría si es que entendemos la palabra conversar como un fin, mas no como un medio. Hay que dejar de lado, pienso, que conversar necesariamente se rige por valores económicos de beneficio y pérdida en captar la atención de otra persona. No se trata de engañar para mostrarnos interesantes, sino ser sincero primero con uno mismo para transmitir esa sensibilidad al resto, así como estar seguro de que la conversación será el fin único.
Un buen conversador sería quien con mucha imaginación sabe cómo hilar la situación presente con experiencias pasadas, y dar la confianza para compartir historias con un completo extraño. Obviamente, ese extraño dejará de serlo si es que existe reciprocidad, así como intención de también escuchar a la gente sin miedo al ridículo.
[…] más sencilla es la menos creíble, pienso, cuando se tratan de intenciones al pedir una cita. Conversar por conversar es algo que casi nadie ahora […]