Las bajas civiles de la pasión

Imagina que todo el rito del apareamiento entre dos enamorados es una guerra, donde cada sujeto representa a un bando de soldados que promete obtener la gloria tras vencer las defensas del enemigo. Te lo retrato un poco mejor. Tú estás que enamoras a una persona, por lo que en algún momento deberás cruzar la frontera y vencer sus defensas -como prejuicios, experiencias pasadas,etc- para que ella se ‘rinda’ y se convenza que eres merecedor de su aprecio. ¿Vieron el cuadro?

Ahora, como toda guerra actual, existen las bajas civiles. Sí, no es un chiste y lo que viene tiene mucho sentido. ¿Quiénes son las bajas civiles? Pues aquellas personas que murieron sentimentalmente en plena batalla entre dos bandos que disparan pasiones por doquier. A ver, te lo retrato un poco mejor. Siguiendo el cuadro anterior, la guerra ha empezado. Tú cruzas la frontera de la amistad para comenzar a disparar contra las defensas que tiene la otra persona. Dependiendo de la estrategia, el asedio puede durar meses, por lo que algún bando se cansará de insistir y saciará su sed pasional contra los civiles. Es decir, contra quienes aparecen de casualidad en pleno fuego cruzado de una guerra establecida.

¿Acaso nunca estuvieron con alguien que se cruzó en pleno enamoramiento a otra persona? Y cuando terminan con esa persona que se cruzó, ¿no siguen enamorando a la persona que se propusieron al inicio? Peor aún. Cuando eso pasa, ¿les importa un comino la ex, pues no forma parte de sus planes sentimentales primarios?

¿Ven la semejanza? Así como el enamoramiento, las guerras poseen su cuota de egocentrismo, elemento fatal para quienes fueron víctimas de una pasión no correspondida.