Los monitos tristes
Es difícil tomarte de la mano cuando ambos caemos. Sabemos que las cosas duelen por igual. Pero siempre hay un alivio si es que no estamos solos, siendo testigos de la vulnerabilidad. Compárteme un tantito de ti que me dueles verte con el dolor que no dejas compartir, que esa noche de platitos rotos me volaste de un sueño a la pesadilla de no saber cómo estabas. Pero qué tonto, me decía, cómo es que nos dejamos ir así, que yo no podía dormir ni de costado ni boca abajo, que mis brazos ya tenían tu forma para apretarte hacia mí y contagiarme de lo que sientes y no me dices, quererte tan cerca mío y aliviarnos como hacen los monitos tristes.