Romper cosas

La gente rompe cosas cuando se sienten tan imbéciles como para creer que los objetos se burlan de ellos. El reloj de mierda que marca las horas de una espera sin sentido, los platos de una cena sin servir, los espejos que dan cuenta de la derrota, la radio que habla como si fuéramos muchos cuando somos poco menos que nadie… Entonces, así las cosas, las cosas merecen ser rotas para no dejar testigos imaginarios, pequeñas piezas que nos recuerden lo ridículo que podemos ser a veces en las veces que uno espera sin saber qué esperar.