Lo bueno, lo correcto y el “vete a la mierda”

¿A veces no se cansan de ser buenas personas? Dudo mucho haberla sido, pero hay un momento en el que para ser “bueno” es a la vez dejar de ser alguien para uno mismo. Hay veces que para ser “buenas personas” debes asumir sacrificios para que otros tengan una oportunidad. Es algo así como ceder el asiento a alguien en el bus: dejas tu comodidad en beneficio de otra persona y así haces algo “bueno”.

Pues es aquí donde creo que hay una diferencia clave entre lo “bueno” y lo “correcto”. Lo “bueno” es algo así como la impresión que dejas hacia los demás según tus acciones. Algo “bueno” pasa por la evaluación de un segundo o un tercero… Puedes decir que haces el bien por satisfacción personal. También puede ser, pero aún así no deja de ser una evaluación tanto de primera como en segunda y tercera persona. Lo “correcto” es más categórico y desprendido de las emociones. Algo “correcto” no debería estar contaminado por las sensaciones, como sucede con lo “bueno”.

Me atrevo a decir que lo “correcto” es una práctica socialmente establecida en la que las acciones tienen valor en sí mismas sin pasar por las evaluaciones emocionales. Habrá momentos en la vida que harás lo “correcto” sin la sensación de estar haciendo cosas “buenas”, y eso es una línea que divide a mucha gente hasta el punto de confundirlas.

A lo que iba con toda esta reflexión es que el denominador común entre lo “bueno” y lo “correcto” pasa por una vida en sociedad y las emociones que socialmente hemos instalado en nuestras acciones. Quizá, y solo quizá, descubriendo que el valor del comportamiento humano pasa por un tercero, llegues a la conclusión de que vivimos bajo la presión de un omnipresente tercero para juzgar, incluso, cómo debemos sentirnos por las cosas que hacemos. Y si llegaste hasta aquí, espero haberte dado un poco de libertad.

Al fin y al cabo, todos te dirán cómo vivir pero les importa una mierda cómo te sientas al respecto; solo te dirán cómo deberías sentirte.