Lo que nadie te explicó sobre el mito de los esquimales
Seguro te enseñaron en el colegio que los esquimales tienen la capacidad para diferenciar entre varios tipos de blanco, debido a que están en constante interacción con la nieve. Todo bien hasta allí, digamos que es algo que ya se sabe por cultura general, pero hay todo un trasfondo académico que probablemente no te explicaron.
Lo que parece algo tan sencillo de entender tiene todo un debate en los teóricos del lenguaje. Los estadounidenses Edward Sapir y Benjamin Whorf llegaron a una conclusión algo obvia pero interesante. A partir del estudio a los esquimales y cómo es que tienen más palabras para referirse al blanco que otras lenguas, llegaron a la conclusión que las palabras en sí determinan cómo pensamos y percibimos el mundo.
Ahora, la hipótesis de Sapir-Whorf fue un aporte importante desde su publicación en 1940; sin embargo, para 1994, las cosas tomaron un giro importante sobre cómo los humanos interpretamos el mundo. Y es que tú mismo puedes darte cuenta. Si solo somos capaces de pensar en cosas para las que tenemos palabras, ¿cómo aprenderíamos el lenguaje?
El psicólogo Steven Pinker, en su libro El instinto del lenguaje, explicó que la situación de los esquimales debe ser analizada de manera inversa: ellos no diferencian los tipos de blanco, porque tienen más palabras para hacerlo, sino que utilizan más palabras para referirse a los tonos de blanco porque han aprendido a reconocer los matices de este color.
Todo esto me lleva a una situación algo incómoda, ¿somos incapaces de pensar en conceptos para los que no tenemos palabras? De acuerdo con la hipótesis de Sapir-Whorf, no podemos tener la idea de algo si es que no tenemos una palabra para saber de su existencia. No obstante, a través de la experiencia, sí seríamos capaces de identificar ese concepto -como aprendieron los esquimales a identificar los varios tipos de blanco- que desconocemos para otorgarle una palabra.
Menudo debate, y todo por algo que aprendimos en el colegio sin mayor explicación.
Fuente: 50 teorías psicológicas fascinantes y sugerentes – Christian Jarrett