Lo que nadie se imagina 48

Corte. Fuera del aire.

El presidente de la República se saca el micrófono de la solapa. Mira a todos los presentes y nota la incertidumbre. «¿Qué será ahora de la democracia?», dicen los rostros de quienes guardan silencio ante el gobernador.

Aleja la mesa, se pone de pie y se abre la corbata. Respira aliviado como si hubiesen nuevos vientos para el destino de la patria.

El silencio parece eterno.

«¿No irán por una cervecita?»

Todos se echan a reír y no dan crédito de lo sucedido. Después de casi 200 años de vida republicana, un presidente tiene una idea clara de cómo es que el libre albedrío es una herramienta para evaluar la responsabilidad ciudadana.

Al presidente le alcanzan una lata de cerveza. Este la abre al instante y hace salud con sus asesores, guardias de seguridad, gente de producción y algún que otro becario en Palacio de Gobierno.

Su esposa lo toma de la mano y -muy católica ella- se acerca al oído para preguntarle si es que acaso todo irá bien para los hijos del Perú.

«Estoy tan seguro como el día que te dije para casarnos», responde el presidente ya con media lata vacía después de un buen sorbo.

Al día siguiente. Titulares.

«Se acabó la Ley Seca», «Chelas democráticas», «Chupeta electoral»… Las portadas anuncian lo que el presidente tanto había reflexionado una noche cualquiera mientras decidía cuál era el mejor destino del país.

Ante la negativa del Congreso de hacer el voto voluntario, el presidente ordenó que no haya más la prohibición a la venta de bebidas alcohólicas en vísperas de elecciones.

-¿Cómo cree, señor presidente, que esta medida sea la adecuada?-, pregunta una periodista en conferencia de prensa.
-Quien es capaz de votar después de la resaca merece una medalla al mérito por civismo. El país solo necesita de los ciudadanos que sepan ordenar su vida con su participación activa en la elección de gobernantes. Es la mejor manera de que el país tenga una base sólida a partir del activismo responsable…

Las declaraciones le costaron dos presentaciones en el Congreso, varias entrevistas más y cientos de memes en redes sociales.

Fue el hazmerreír de la región hasta que el tiempo le dio la razón. Eso, y el Barómetro de las Américas al destacar la democracia peruana como la más activa del continente desde que, por primera vez, entregan la confianza del voto a los héroes del país: los hombres y mujeres que aún con la peor resaca de mierda son capaces de cumplir con sus deberes. Esos son, en palabras de Bertolt Brech, los imprescindibles del Perú.