El poder del arrepentimiento

Hay veces que somos unos completos imbéciles en secreto, es decir, unos tontos de primera sin haber dejado testigos, sin que nadie haya visto aquel acto que nos consagró como idiotas profesionales.

Se me ocurre alguna caída, probablemente un comentario desatinado o una equivocación con cualquier quehacer, el más sencillo de todos, esos que hasta un estúpido pudo haberlo hecho perfecto… pero tú no.

Obviamente, sentirás vergüenza, pero te satisface la idea de saber que solo tú conoces tu propio error. “Si nadie más lo sabe, pues no existe”, te dirás. Sin embargo, hay quienes tuvieron un día tan de mierda que buscan cualquier cosa para redimirse. Cualquier cosa.

VOTACIONES ACCIDENTADAS

Algo así fue lo que pasó con Pawan Kumar, un hombre que confundió los símbolos partidarios a la hora de votar en las elecciones generales de India. Tanta fue la vergüenza personal que decidió, sin contemplaciones, hacer algo que llamó la atención de toda la prensa internacional.

“Quería votar por el elefante, pero voté por la flor por error”, dice en un video en el que aparece con una venda en el dedo y visiblemente arrepentido. Se había cortado el dedo.

Probablemente, estás pensando que es una exageración teniendo en cuenta que casi 900 millones de indios fueron llamados a consulta para elecciones el pasado 18 de abril. El error de Pawan Kumar, por obvias razones, no fue decisivo para la victoria de cualquier candidato; sin embargo, hay cosas que no son fáciles de aceptar y el sentimiento de culpa puede ser enorme según las consecuencias de los errores más pequeños que podemos cometer.

Pawan Kumar es una muestra de lo que podemos ser capaces con la finalidad de sentirnos cómodos con nosotros mismos. Aunque las razones parezcan las más lógicas del mundo, es nuestro “propio mundo” el que finalmente interpreta la realidad.