Lectura para un día de mierda

Hay un momento en el que te preguntas si eres el único al que le puede pasar algo así de malo. ¿Será acaso que tengo una suerte única? ¿A alguien más le habrá pasado estas misma mierda? A veces suponemos que sí para sentir algo de alivio, para sentir que el problema no somos nosotros. Y si crees que tuviste un pésimo día, tan terrible como irrepetible para cualquier ser humano en la historia, será mejor que sepas lo que sucedió con Ann Hodges.

Ann Hodges tenía 31 años cuando dormía en el sofá de su casa en Alabama, Estados Unidos. Era el 30 de noviembre de 1954. La tarde parecía como cualquier otra cuando, de pronto, el cuarto se llenó de humo y Ann se despertó con un fuerte dolor en la cadera: había sido impactada por un meteorito.

El objeto en cuestión era un fragmento de un meteorito de cuatro kilos que se había partido antes de ingresar a la Tierra. Y da la casualidad que justo acabó en la cadena de la pobre Ann Hodges, quien se convirtió automáticamente en la primera persona impactada por un meteorito.

Lo ocurrido con Ann parece muy anecdótico, pero -según Eugene Hodges, el exesposo de Ann- ella «nunca se recuperó» de la locura, de las constantes crisis nerviosas y la presión mediática.

Ann acabó en un psiquiátrico a los 52 años y más tarde moriría por insuficiencia renal.

¿Y qué sucedió con la roca? La Fuerza Aérea analizó el meteorito y luego la devolvió a Ann. Sin embargo, Birdie Guy, la propietaria de la casa donde había caído el meteorito, reclamó ser la dueña y elevó el asunto ante la justicia.

“Siento que es mío. Creo que Dios tuvo la intención de que fuera para mí. Después de todo, ¡fue a mí a quien golpeó!”, dijo Ann según testimonios recogidos por el Museo de Historia Natural.

Al final Guy ganó el juicio, pero vendió la roca espacial a los Hodges por 500 dólares. Tras varios intentos de venderla, la piedra acabó siendo donada al Museo de Historia Natural de Alamaba en 1956.

Ahora, si después de leer todo esto, crees que tienes mala suerte, las posibilidades de ser golpeado por un meteorito es de 1 en 1.600.000. Ann Hodges sí tuvo un día de mierda, tú no.