Estilos de amar según tus experiencias de la infancia

La infancia es una etapa clave para el desarrollo de la psique de toda persona. Son nuestras primeras experiencias las que forman el modo de cómo nos relacionamos con el entorno, así como construimos nuestra identidad y el sistema de valores con el que compartimos con el resto.

A esto se suma, incluso, la forma en cómo amamos. El dicho popular habla de que buscamos una pareja que se parezca lo más posible a nuestros padres. El complejo de Electra y el complejo de Edipo son los más conocidos cuando nos referimos a nuestras preferencias en la pareja. Pero sucede que la discusión no se limita a esto, no se trata de solo lo que buscamos, sino también de cómo sentimos a partir de nuestra experiencia más íntima en la infancia.

La infancia y el amor

Un interesante video publicado por el canal de YouTube Psycho2Go desarrolla cómo es que amamos a partir de lo que hemos experimentado en la familia.

“La infancia, como nos criaron, nuestras relaciones con nuestros cuidadores juegan un papel importantísimo en nuestra forma de amar. El que seas un complaciente, una víctima o un controlador, el como te criaron tiene gran culpa de ello. Mira este vídeo para ver cómo tu infancia puede haber afectado a cómo eres”, reza la descripción del video.

Ten en cuenta que las imágenes están subtituladas al español, así que dale clic a la tuerca del display de YouTube para que no tengas problemas con el inglés.

[embedyt] https://www.youtube.com/watch?v=gZj176ZoM4Y%5B/embedyt%5D

Los estilos de amar

El complaciente

Personas que han crecido en un hogar con padres sobreprotectores o muy críticos. De niños, los complacientes hacen lo que puedan para ser buenos y agradar al resto, a pesar de sus intereses personales. El complaciente evita los conflictos cediendo ante los demás y dedican tiempo a leer el estado emocional del resto. Usualmente huyen de las relaciones cuando sienten que defraudan a su pareja.

La víctima

Personas que han crecido en un hogar caótico y son obedientes sin prestar atención a ellos mismos. Las víctimas suelen relacionarse con personas controladoras y se adaptan a la situación. No se sienten tranquilas en situaciones de calma, porque están pendientes de la próxima discusión.

El controlador

Personas que crecieron sin mucha protección, por lo que han crecido valiéndose por sí mismos. Necesitan sentir que controlan la situación para evitar la vulnerabilidad. Los controladores creen que están amando cuando evitan experimentar sensaciones negativas. No les gusta salirse de la zona de confort, por lo que necesitan confiar en los demás, dejar ir las cosas y controlar su ira.

El vacilante

Personas que han crecido con padres impredecibles. Los vacilantes idealizan sus relaciones y se sientes dudosos cuando la realidad resulta decepcionante. A menudo se sienten incomprendidos y pueden llegar a ser muy sensibles. Lo más recomendable es que conozcan a alguien con tiempo suficiente antes de entablar una relación.

El evasivo

Personas que han crecido en familiar donde se valora la independencia y autoconfianza. Los evasivos se apoyan en la lógica y en el desapego de las emociones. Pueden tener una buena relación al abrirse con el resto y ser honesto con lo que sienten.