¿Qué pasa si nunca te expones al sol? Esto dice la ciencia
A veces queremos desaparecer del mundo porque sí. Razones pueden haber muchas y no entraré en detalles sobre si son válidas o no, sino en el supuesto de que tomemos seriamente la opción de desaparecer. Una vía para lograrlo es fingir tu muerte, hacer un cambio de identidad, mudarte muy lejos, desconectarte de Internet y listo. Eres un sujeto nuevo en el mundo.
Lo malo de esta opción es que supone una gestión administrativa insufrible. Hay que tener buenas razones legalmente para cambiar tu identidad ante la sociedad. Así que la otra vía puede ser algo más sencilla y rudimentaria: esconderse de la gente y nunca salir al sol. Algo parecido lo hacemos cuando disfrutamos de una maratón de Netflix, pero esta vez las cosas son en serio.
¿Qué pasaría con tu cuerpo si es que nunca te toca el sol? Como imaginarás, las cosas no son nada buenas.
Una vida sin luz solar
El canal de YouTube TikTak Draw en conjunto con GlóbuloAzul analizaron el supuesto de qué pasaría si tu cuerpo nunca viera la luz solar.
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Lo primero que perdemos es la vitamina D3, elemento que se genera cuando el colesterol natural de la piel reacciona con los rayos ultravioleta del sol. ¿Esto resulta perjudicial? La verdad es que no, el organismo puede vivir sin esta vitamina, aunque sí debe considerarse para mantener una salud estable.
La vitamina D3 no es de por sí asimilada por el organismo, sino que debe entrar al torrente sanguíneo, pasar por el hígado y los riñones para convertir dicho elemento en la forma activa de la vitamina D. ¡Pero no hay que adelantarse! Esta vitamina no es útil en el cuerpo si es que no opera en conjunto con la vitamina A para asistir a una célula.
A pesar de sus beneficios para el sistema inmunológico y la fortaleza de los huesos, la vitamina D (en todas sus formas, incluyendo la forma activa) no ha demostrado ningún efecto de la mortalidad. Si bien su forma inactiva (el D3 que recibimos del sol) disminuye la mortalidad, la forma activa no lo hace.
Heliofobia, miedo a la luz solar
¿Pero si las razones para no salir al sol tienen algo más que puro placer de desaparecer? Podemos hablar, entonces, de heliofobia, un miedo tan inusual que aún no hay muchas investigaciones al respecto. Se trata de personas que temen a la exposición de los rayos UV y puede deberse a motivos de cierta sensibilidad especial de la piel o de los ojos.
Los síntomas de la heliofobia son sudoración excesiva, dolor de cabeza, malestar, subida de tensión y cuadros de ansiedad. En caso de estar expuesto a la luz solar, el sujeto presenta comezón alrededor de toda la piel.
Como se desarrolló líneas arriba, el paciente no morirá por la falta de luz solar, pero la condición puede afectarlo socialmente y psicológicamente. El tratamiento más efectivo es la psicoterapia.