No las veo

Que no veo
tus formas,
tus líneas,
tus corazas,
tus bordes…
Tus precipicios,
tus montañas,
tus necedades…
Tus energías,
tus carcajadas,
tus alegrías…
Tus exabruptos,
tus disculpas,
tus maldiciones…
Tu imprudencia,
tus certezas,
tus emociones…
Tus palabras,
tus sonidos,
tus decepciones…
Tu ira,
tu desacato,
tus originalidades…
Tus manchitas,
tu rabia,
tu brillos,
tus sombras…
Tu influencia,
tu verbo,
tu predicado…
Tus verdes,
tus azules,
tus ojos…
Tus girasoles,
tus tonos,
tus lunes…

Que no las veo
en conjunto
ni en solitario,
que son impresiones
todas juntas
de incoherencias
en un mismo cuadro,
o un universo caótico
de figuras
extraviadas…
Lo que yo veo,
lo que quizá
tampoco veas,
es el hilo conductor
de tu desarraigo,
de tus formas,
tus líneas,
tus corazas
y tus bordes…
Lo inmutable,
el molde
de tu esencia,
lo infinito
de las
inconsistencias,
un granito
de tu ser.