El origen del miedo a los payasos
El miedo a los payasos es algo común. Ya hay gente que lo admite sin vergüenza alguna, debido a que socialmente hemos aceptado este temor como algo “natural” entre quienes han pasado por una experiencia inquietante con estos señores de cara pintada y nariz roja.
Qué dice la psicología
Lo cierto es que la ciencia tiene algo que aportar a este miedo a los payasos. A dicho temor se le denomina coulrofobia, y genera síntomas que quizá nunca te imaginaste: sensación de angustia, aceleración del ritmo cardíaco, temblores, taquicardia, temblores y dificultad en la respiración.
¿Pero cuál es el origen de este miedo a los payasos? ¿Es tan instinto como el miedo a las arañas y escorpiones, por ejemplo? Pues sucede que los payasos están diseñados precisamente para inquietar.
Valérie De Courville Nicol, psicóloga clínica y profesora del departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Concordia, explicó que los payasos “se desvían de las normas sociales en casi todos los aspectos, rompiendo todas las reglas cuando se trata de un comportamiento y apariencia aceptables”.
Los payasos “representan aquello que se supone que debe permanecer ocultos, son demasiado emocionales y sus reacciones son imprevistas e inusuales”, agregó.
La apariencia humana presentada de manera extravagante es traumática, debido a que desfigura hasta convertirlo en algo ajeno a la realidad. Resulta inquietante saber que detrás de esa figura extraña hay un ser humano cualquiera, esa inconexión entre la apariencia y la realidad es lo que atemoriza a millones de personas.
Payaso, profesión de terror
Un interesante estudio llevado a cabo por un equipo del Knox Collage en Illinois, Estados Unidos, determinó que los payasos encabezan la lista de profesiones aterradoras. Más incluso que los taxidermistas.
Quizá este resultado se deba, además de la naturaleza de su costumización, a la mala fama que la cultura popular ha otorgado a esta gente disfrazada.
Podemos ver a estos extraños seres de supuesta alma caritativa en la literatura, el cine y el teatro. Siempre hay un payaso que inquieta hasta el punto de asustarnos y a la vez entretenernos.
Un ejemplo de mala fama es ‘It’, el payaso más conocido y aterrador del séptimo arte, ideado por Stephen King. No por nada, el disfraz de este personaje es la referencia para quienes desean echar un susto en Halloween.
Me pregunto qué viene a ser un buen payaso. Imagino aquel que tiene la habilidad de sacarte una sonrisa sin intimidarte con su apariencia extravagante.