No soy tu sueño
Una tarde
me enseñaste
a volar, aunque
nunca te dije
que le temía
a las alturas.
Me arropaste
entre tus plumas,
me enseñaste que
la gravedad es opcional
cuando las raíces
están en las moléculas
del viento, que la vida
no yace bajo la tierra,
que la alegría se eleva
como las carcajadas
al cielo y del cielo
al amar. Aunque incrédulo
sentía cómo se elevaban
los pies del suelo
hasta perder la noción
del horizonte, de las líneas
de la tarde entre tus ojos
y el mar en cada lágrima…
porque sabía que volar
te hacía doler si era conmigo,
que no me importaba lastimarme
en las caídas…
Que en la tierra
siempre pude apreciarte
desde lo lejos
como un sueño
inalcanzable,
y aunque me hallas
invitado a soñarme contigo,
nunca aprendí de tus fantasías a soñar.