No sirvo para trabajar

Hoy llegué a la conclusión de que no sirvo para trabajar. No lo digo porque sea indisciplinado o no tenga las competencias necesarias para ejercer mi labor profesional como periodista. Todo lo contrario. Soy lo bastante bueno para adaptarme a distintos medios de comunicación, desde la fotografía hasta la edición de videos y redacción de reportajes e investigaciones. Pero mi tema es algo más profundo que el hacer periodístico.

Siento que mi talento no está basado en la producción de algo, sino en la creación de algo. Me explico. A lo largo de mi trayectoria, he sido testigo de lo absorbente que puede llegar a ser el periodismo. Me he topado con periodistas muy buenos que hacen trabajos excepcionales con temas variados todos los días de la semana. “Las noticias nunca son las mismas”, reza el dicho entre los colegas.

Ahora mi preocupación con la producción informativa es creer que se progresa profesionalmente cuando realmente se trata del mismo hacer según la coyuntura noticiosa. Por hacer periodístico me refiero a la mecánica de contrastar la información, verificar fuentes, adaptación del texto según los lineamientos del medio de comunicación y del público objetivo, etc. “Las noticias nunca son las mismas”, eso es muy cierto, pero el hacer periodístico sí lo llega a hacer. Lo peor es que el hacer periodístico no supone un progreso intelectual o de calidad profesional con el paso de los años. Basta encender la televisión para ver a los periodistas de toda la vida haciendo lo mismo y obteniendo el reconocimiento por una trayectoria que se resume en años de servicio, de experiencia en la calle por su hacer periodístico.

Conste que el hacer periodístico sí requiere de un trabajo intelectual y perspicacia, pero el aporte se limita a la coyuntura informativa y su reconocimiento según las tendencias sociopolíticas del público objetivo de determinado medio de comunicación. Hay excepciones como las investigaciones periodísticas que tienen repercusión nacional e internacional, abriendo así un debate en la opinión pública en general. Lástima que son los menos.

El periodista es en sí mismo un medio por el cual la información es analizada, contrastada y difundida a la opinión pública para un correcto ejercicio de sus derechos ciudadanos en democracia. Así pintado suena de maravillas, pero a lo que voy es que no me contento con solo ser “un medio”.

Siento que tengo más habilidades como para dedicarme exclusivamente al hacer periodístico por el resto de mi vida. Es aquí cuando siento que lo mío no es la producción de algo, sino la creación de algo; es decir, abandonar el hacer periodístico para dedicarme a la creación de conocimiento intelectual. Por eso digo que no sirvo para trabajar: me aturde saber que gasto mi tiempo en una labor mediática sin mayor aporte que fungir de simple “medio” para una audiencia, practicando el hacer periodístico hasta el hartazgo según las circunstancias y los intereses del medio de comunicación.

Ahora mi objetivo es ir más allá. Ya no deseo dedicarme al hacer, sino a la investigación académica multidisciplinaria del hacer para generar conocimiento a partir de la realidad social en relación con los medios de comunicación. De este modo, aumentaré el reto intelectual para sentir que mi aporte como profesional trasciende lo que supone que hace un “simple periodista”. Deseo crear conocimiento así como lo hacen otros profesionales en sus respectivas ramas de la ciencia. Sucede que la comunicación también es una ciencia y, como tal, requiere de profesionales -no de simples ejecutores del hacer periodístico– para su pleno desarrollo.