Los defectos son parte de tu encanto

La mejor manera de iniciar una relación es enamorarse de los defectos de su pareja. ¡Claro que tiene sentido! Los principales problemas de las relaciones es cuando notamos que los primeros meses mágicos de la relación se transforman en una pesadilla, porque recién somos conscientes de los defectos que se vienen presentado de pocos con la rutina.

Para evitar esta circunstancia, hay quienes apuestan a ser amigos para así aproximarse a la futura pareja sin compromisos de por medio. Así, uno puede ser espectador de los defectos sin verse perjudicado sentimentalmente. El problema con esta estrategia es que igualmente hay una careta que oculta los defectos para plantar una imagen positiva en lo que dure la amistad.

Pienso que la solución es el “sincericidio”: ser original de buenas a primeras, incluso si eso juega en nuestra contra. ¿Qué es mejor: enamorar a quien seducimos con nuestra “mejor imagen” o a quien se siente atraída por nuestra imagen imperfecta y original? Probablemente tengas muchas conquistas con la primera estrategia, pero nada de eso acaba siendo auténtico si ocultas los defectos.

¿Pero cómo amar los defectos de nuestra pareja si son elementos negativos? Primero hay que determinar a qué llamamos “elementos negativos”. Eso evidentemente varía según la perspectiva de cada persona; es decir, se trata de un análisis subjetivo. No hay una regla universal para juzgar los valores de las personas, incluso si estos nos parecen los más perversos.

Pensemos, por ejemplo, en las parejas de asesinos que en medio de su locura amorosa se cargan algunas vidas en el camino del desenfreno. ¿Si son felices? Obviamente que sí, jodidamente enfermos, pero felices a su manera.

Entonces, el subjetivismo hace que los defectos sean -en realidad- un prejuicio hacia la actitud de la pareja en circunstancias especiales de la vida. Los defectos por sí solos no existen hasta que son evaluados desde una perspectiva determinada, algo que limita la apreciación real de las actitudes de nuestra pareja; es decir, una etiqueta que delimita negativamente una actitud espontánea y natural de nuestra pareja frente a la realidad.

Una vez que eres consciente de esta naturaleza humana, los denominados “defectos” pasan a constituir una esencia de la persona amada; solo así puedes llegar enamorarte de los defectos cuando los aprecias como una huella indeleble de cómo esa persona asume las circunstancias de la vida desde su perspectiva. Esto hace del amor algo integral, no solo limitado a las cosas que nos gustan, sino también a aquellas que completan la psique del ser amado. Hablo de amar incluso los fantasmas de esa persona a quien queremos cuidar por el resto de nuestra existencia.

Los “defectos” son finalmente parte del encanto de quien amamos, así como es la belleza a partir de las imperfecciones de la madre naturaleza.