Manifiesto del buen infiel
Haber sido infiel es tan humano como ser sincero, por lo que merece un espacio para ser analizado. Que sea un comportamiento condenable e impensable para los enamorados más enamorados no evita su existencia en el panorama de las pasiones. ¡Ponte una mano en el pecho!
Anteriormente hablé de la infidelidad indirecta, pero ahora quiero dedicarme a la raíz de la infidelidad telenovelera. Ya saben, con amantes a escondidas, cuentas falsas en Gmail y conversaciones secretas en WhatsApp, así como las citas lujuriosas que nunca debieron haber pasado. Enfatizo el término raíz porque las consecuencias del engaño amatorio -las aventuras del amante- parten de una primera acción que acaba con la estabilidad de la pareja basada en la autocensura (¡solo me puedes besar a mí!).
Lo que escribiré será algo difícil, pero pienso que no se debe condenar a los ‘sacavuelteros’ con todos los adjetivos calificativos habidos y por haber. No todos son de la misma estirpe, por lo que los peores son aquellos que sabiendo que hacen mal siguen con la mentira sin confesar la dura verdad. Los mentirosos ‘honestos’ serían quienes se sinceran sobre la confusión de sentimientos y admite haber faltado a la autocensura. Hay que agregar, no obstante, que dicha falta es la más natural y humana de todas. ¡Y no te mientas diciendo “ay sí, pero cuando hay voluntad”!.
La voluntad es más endeble de lo que crees y los especialistas en la mente lo han probado. El psicólogo norteamericano Roy Baumeister señaló que la fuerza de voluntad es un recurso limitado, que puede ir agotándose a medida que se suman tentaciones prohibidas en un contexto determinado. Así, el enamorado empedernido es vulnerable a las infinitas experiencias y casualidades de un día cualquiera. Un factor determinante para que la tentación gane terreno son las peleas que ponen en tensión el futuro de la relación. Si esta entra en duda, la tentación es cada vez peor.
Si aún eres de los que creen que la voluntad está ante todas las cosas, te entiendo, pues el colega de Baumeister, Loran Nordgren, agregó el concepto ‘sesgo de limitación’ para quienes infravaloran las tentaciones en momentos ‘fríos’, entiéndase como un estado pasivo frente a hipotéticas situaciones alarmantes. Ser humano es ser consciente de nuestras debilidades. No solo para evitarlas, sino para comprenderlas y tomar decisiones con mejor tino. Al fin y al cabo, perdonar es divino.
Foto: Wikimedia Commons – Churchh