Ni lomo ni churrasco… La belleza de las imperfecciones
Entre los machos cabríos utilizamos como herramienta de calificación de belleza la popular escala del 1 al 10. La materia a ser evaluada, el cuerpo físico de la fémina, suele contar con algunos referentes para determinar a qué los hombres se refieren con el 1 y qué dotamos de divinidad con un 10 rotundo.
Casi siempre para determinar los extremos, en especial el 10, se nombra a una bella modelo, como Tilsa Lozano o Andrea Luna, mientras que para las escalas más bajas se hace recuerdo a quien jamás conoció la popularidad ni en pelea de perros; en otras palabras, una mortal. Lo difícil siempre está en ubicar la materia en escalas medias, pues se requiere de mucho subjetivismo para dar pie a un resultado final. Es más, nunca faltan los perfeccionistas que califican hasta con decimales.
A veces ocurre, con una mano en el pecho, que hay chicas que superan tan exageradamente el 10 que se transforman en 1, pues no sienten mayor atracción por una belleza perfecta. Suele pasarme que cuando veo modelos en vivo y en directo simplemente me parecen objetos de lujuria ajena, perdidas entre los castings en busca de un dinero fácil ante el deseo varonil.
Cuántos amigos me molestaron de cabro por esta idea, pero insisto en el fenómeno llamado la belleza de las imperfecciones. Dicha clase de belleza se caracteriza por relucirse por consecuencia de una imperfección (sea física o emocional) que hace destacar otras cualidades de la persona analizada. Incluso, puede ocurrir que dicha imperfección sea a la vez atrayente por ser diferente a los estándares de belleza impuestos por la moda.
Cuando descubrimos que fuimos encantados por la belleza de las imperfecciones, creo que al paralelo sentimos el popular “no sé qué” sobre quien admiramos de alguna manera. En caso de los ex, es bien fácil darse cuenta cuando uno ve las fotos del Facebook en el pasado y se pregunta “¡CÓMO CARAJO ME COMÍ ESO!”. Pero viendo el lado amable de la vida, el “no sé qué” resulta un encanto cuando sabes que esa persona tiene algo especial que no se limita en las escalas del 1 al 10, sino en un humor compartido que hace olvidarte de los prejuicios del resto.