Django: “¿Hacer el amor? ¡Di cachar!”
“Tuve sexo mil veces, pero nunca hice el amor”, dice una vieja canción de Ricardo Arjona. Me pregunto cuántas de sus fans creerán esa frase si es mencionada por sus enamorados. Abordando el tema, pienso que la diferencia entre sexo y amor se basa fundamentalmente en un mutuo acuerdo para denominar el coito. Sin embargo, admitámoslo con una mano en el pecho, puede ocurrir que cada parte de la pareja entienda por su lado lo que pasó, lo que desencadena posteriormente en una frustración. En palabras menos elegantes, el romántico enamorado no terminó haciendo el amor, sino sirviendo de consolador humano de la chica (o viceversa).
Otra cosa que me pregunto es quién habrá dado entender que “hacer el amor” necesariamente tiene que ver con las relaciones sexuales. ¿Acaso nadie puede hacer el amor con compartir un beso, tomar de la mano a alguien o simplemente escucharla cuando más se necesita? Publicaciones anteriores conté que un beso puede ser mejor que tener relaciones, pues depende mucho de cómo se interpretan los gestos de cariño.
Una huachafada que ahora me acuerdo es cuando alguien dice “la prueba del amor”, pues el amor no se constata necesariamente con el sexo. Si alguien no es acrobátic@ en la cama, ¿eso significa que no sabe amar bien? Hay parejas que confunden la satisfacción sexual como parte necesariamente incluida en “hacer el amor”, detalle que considero muy banal ya basa el placer emocional dependiente del corporal.
Hacer el amor, cachar, tener sexo, un chiquitingo, palabras distintas para denominar un mismo hecho: la relación sexual; no obstante, cada término depende de lo que cada uno sienta y qué mejor manera de autentificarlo al saber que lo hiciste con quien correspondió tus sentimientos. Si tú piensa haber hecho el amor y la otra persona siente que no, pues ya sabes qué dijo la abuelita de todas nuestras abuelitas, “mejor solo que mal acompañado”.