No hay que temer al método ensayo-error
Hay quienes aman tener el control sobre todas las cosas, como si la vida fuese un plan que no puede fallar. Sin embargo, el riesgo es que la monotonía evita las sorpresas diarias, algo muy divertido cuando pasa el tiempo y miras hacia atrás para reírte del susto que te llevaste.
Tratar de controlar todo forma parte del síndrome de Aquiles, quien nunca supo qué es la valentía porque era invencible, así que no sintió miedo para sentir qué es perderlo todo en la guerra. Querer controlar nuestras experiencias, así como los amigos y enemigos, muestra una evidente inseguridad por el resto, ya que se teme salir herido por culpa de los demás.
El día que aprendamos a sentirnos triste por cosas que están bajo nuestra responsabilidad, entenderemos que más debemos rendir cuentas y sensibilidades a nuestras acciones que buscar explicaciones sobre la inmadurez del resto. Crecer bajo el método del ensayo-error sin planes controladores a veces duele, pero es la manera más sincera de reconocer nuestra vulnerabilidad.