Gracias por el tiempo que compartimos
Ahora siento una lágrima ahogada en mi garganta por alguien quien confió en mí más que yo en mí mismo. Lorena Chauca, desde que la conocí, me hizo notar aquel talento que yo nunca pensé tener en mi carrera periodística, desde mis pininos en la revista Impresión de la PUCP por el año 2008 hasta hoy en la página web del diario Publimetro.
Tratarla siempre fue una sorpresa, pues su pasión profesional hacía notar que mis aspiraciones eran muy cortas, así que veía en ella un impulso en ser cada día mejor, a pesar de sus críticas ácidas pero muy sinceras. Sin importar sus arrebatos muy divertidos para mejorar mi trabajo, siempre supe que no me podía enojar con ella porque dependíamos mutuamente para seguir adelante con nuestros proyectos.
Hoy guardaré para siempre sus consejos, su sonrisa y energía para seguir mejorando profesionalmente. Como persona, me llevaré las veces que reíamos juntos de cualquier cosa, así como nuestro inglés exagerado al decir “Barrrrack Obaaaaaama” o “Osama Bin Laaaaaaaden” para burlarnos de la CNN. Extrañaré tanto su presencia en el escritorio de la oficina, el miedo que sentía cuando revisaba mis escritos y la satisfacción al decirme que estaban bien. O cómo olvidar cuando te peleabas por decir “¡Yo lo descubrí!” cuando me enviaron de viaje a Puno y te sentías, incluso, más feliz que yo. Hacías que me sienta orgulloso, algo que siempre valoraré.
Gracias Lorena por el tiempo que compartimos, siempre te tendré presente. Yo y todos quienes tuvieron la oportunidad de contagiarse de tu alegría por la vida.
[…] diferencia de la repentina partida de mi buena amiga y colega Lorena Chauca, me tranquiliza saber que mi abuelo tuvo una vida completa: fue pastor de rebaño en Arequipa, […]