Después del té

Hay tipos y tipos y tipos mejores que yo. No hacía falta que me hables para imaginarte en mañanas inalcanzables y en besos después del té. Pero me hablaste aunque me hicieras tanta falta como la que nunca te diré por miedo a asustarte, a que corras del tipo que no es como los otros tipos porque, de todos los tipos, creo ser el tipo que te amará sin que lo ames aunque de amor no hablaremos quizá hasta sentir que las mañanas son alcanzables y pueda besarte después del té.

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