Intermitente
Es difícil imaginarte muerta
si aún vives intermitente
en mi memoria y eterna
ahora en el malestar
de lo que es creer
que el tiempo
siempre alcanza
para decir adiós.
Pues no, no pude decirte adiós
y quizá por eso,
o por honor a tus espacios
en mi memoria,
siento que aún sigues viva,
intermitente,
casi inexistente
y a la vez constante
en todas aquellas cosas,
calles y avenidas
por las cuales te vi
y me viste
y nos acompañamos…
Y ahora cuesta
creerte muerta
y duele nunca
haberte dicho adiós.