¿Por qué creer en Dios? Esto sucede con tu cerebro si lo haces

El debate de siempre cuando se trata de la existencia de Dios. ¿Realmente puedes creer en algo que no existe? ¿Acaso no sabes del avance de la tecnología? ¿No te quedó claro la evolución?

Hay muchas cosas que se pueden decir al respecto, pero algo que suele escaparse a la discusión es la idea de la fe, esta sensación universal de que hay algo más, una certeza, en medio de la incertidumbre.

Lo curioso es que la fe se aplica tanto para Dios como para las ciencias, porque -valgan verdades- ni la religión ni la comunidad científica tienen la verdad absoluta sobre la creación del universo, pero guardan la “fe” de que están en el camino correcto para hallar esa verdad.

Aunque la fe sea un factor común entre los creyentes y no creyentes, hay aspectos de la personalidad que varían según tu posición respecto a la existencia de Dios.

¿Por qué creer en Dios?

La investigación Why you believe in God? de la Universidad de L’Aquila en Italia concluyó que el pensamiento humano opera según áreas del cerebro relacionadas con la empatía y el razonamiento según tu creencia religiosa.

Si eres religioso o crees en cuestiones de espiritualidad, la red neuronal responsable de la empatía es más activa frente al pensamiento crítico y racional.

El pensamiento analítico y las preocupaciones morales representan dos modos cognitivos distintos que provocan que nuestra arquitectura neuronal compita entre sí. El pensamiento analítico está asociado con una concepción naturalista / materialista, mientras que la preocupación moral se asocia con una visión espiritual del mundo“, reza la conclusión del estudio.

Amargándote la vida

Quizá imagines que una manera de estimular mejor el cerebro es creyendo en Dios, pero a la vez juzgando su existencia con criterios racionales, algo así como “creer y no creer” al mismo tiempo.

Lo que parece un excelente ejercicio del espíritu crítico, algunos estudios advierten que esta práctica puede generar un mayor grado de insatisfacción por la vida. Quién dijo que el conocimiento sale gratis.