Diagnóstico clínico de las emociones
Las palabras adecuadas… ¿No les ha pasado que se sienten de tal manera que no tienen las palabras adecuadas para describirlo detalladamente, como que sienten un ‘no sé qué’ indescriptible en el cuerpo? Resulta medio complejo hacerlo, porque uno usualmente evade a este autoanálisis físico-emocional mediante etiquetas muy gaseosas como tristeza, nostalgia, ‘me siento cagao’, ‘ando medio ahuevao’, etc.
Pero traten de hacerlo al menos un momento, porque resulta hasta revelador poder identificar los síntomas más curiosos de las emociones más difíciles de entender o asimilar en la vida. Es algo así como un diagnóstico médico de una especie de enfermo por algo que la ciencia médica no ha podido investigar.
¿Cómo se siente físicamente estar triste? ¿Qué condición física ocasiona en nuestro cuerpo la nostalgia? ¿Cómo reacciona nuestro cuerpo al amor?
Este tema curiosamente lo vengo trabajando desde un par de días, y creo haber llegado a una descripción bastante detallada de cómo me siento ahora, justo a esta hora de la madrugada en las circunstancias y emociones que me acarrean.
¿Cómo me siento? Pues ahora mismo con una presión en el pecho que me acorta la respiración, como si me apretaran la caja toráxica a tal punto que mis pulmones funcionan a partir de bocanadas cortas y rápidas de aire. Pero eso no es todo… Dicha presión me calienta el pecho haciendo que las extremidades se me enfríen y entumezcan hasta ocasionarme microespasmos en el cuerpo, como un temblor casi indetectable e insensibilidad a las temperaturas frías.
La cabeza la siento a tope: las ideas fluyen con mayor adrenalina, la sensibilidad está a flor de piel y el cuerpo está inquieto por hacer algo, lo que sea o fuese: correr, saltar, escribir, cualquier cosa que aligere la presión del pecho.
¿Y cómo llamo a todos estos síntomas? Inspiración, algo que no siento desde hace años.
Foto: mbtphoto (away a lot) – Flickr. Bajo licencia de Creative Commons