No se tocan
La paz son dos fronteras que no se tocan.
Es la distancia entre kilómetros de conciencia,
millas náuticas del poco rencor,
la ausencia del grito de tu boca.
Nuestra paz es la ignorancia que tenemos.
Capitulado por el sello de la indiferencia,
legislada por los pormenores del miedo
a la convivencia en conflicto, en las trincheras.
Que las banderas blancas de tu torreón
es el paño ensangrentado vetado por el tiempo,
la lejía ácida de lágrimas antes del perdón.
No hay paz en tu lejos. No hay paz a solas.
Si me preguntas otra vez al respecto,
la paz son dos fronteras que no se tocan.
Foto: The U.S. Army – Flickr. Bajo licencia de Creative Commons