Sin título
La batalla entre dos costas no cesa,
el deseo de guerra proclama lujuria,
dos costas se rozan, se tocan,
y la maleza descubre tu historia
enterrada en tu piel oscura.
Aquellas costas se enfrentan
tensadas entre ellas,
entre las probabilidades
de paz y de amor en la guerra.
Continúa peleando, la guerra
entre dos costas de islas distintas.
Islas que pertenecen al continente
de dos plazas de un cama.
Solitarias aquellas costas,
tensadas aquellas en una pelea
por desatar otras…
encausando expediciones
a la incertidumbre del ser.
Foto: Adolphe Yvon – Wikimedia Commons