Para el sujeto del oso gigante en Angamos…

No quiero ser cruel con este joven que esperó a su amada el pasado jueves en la Estación Angamos del Metro de Lima entre las 7:00 y 8:00 p.m., pero que dé gracias a Dios y todos los santos que ella nunca apareció. Sí, suena algo maldito, pero tengo mis razones para creer que el destino lo salvó de lo que sería un desastre, incluso si la sorpresa le hubiese salido a la perfección.

Me explico. Algo que aprendí en la vida es nunca poner toda la carne en el asador; es decir, guardar un as bajo la manga para así sorprender a quien sea (enamorada, amigos, profesores, compañeros de trabajo, etc.) Si la sorpresa hubiese salido a la perfección, seguro que el joven enamorado ahora estaría viviendo en el cielo de los unicornios rosas, besando a su chica en cada esquina y viendo películas en Netflix sin imaginarse la jodienda que se aproxima tras los primeros meses de paz. SIEMPRE habrán problemas, eso nunca lo dudes.

El tema con tremendo detalle romántico es la expectativa que hubiese generado a la chica para el resto de la relación. Realmente no conocemos a las personas en su totalidad cuando empezamos una relación y arrancar con un oso gigante en la calle es un riesgo, porque la magia de los detallistas pasa a ser una rutina que ya prácticamente no recibe ni las gracias.

¿No se han dado cuenta que los tipos más fríos que el carajo pueden ser absolutamente tiernos con una pizca de cariño, mientras que los cariñosos tienen la valla más alta, porque siempre fueron así de románticos? El nivel de esfuerzo es distinto. Es más fácil ser cada vez más cariñoso desde la frialdad que arrancar la escala desde la cima. De esta manera, puedes sorprender con mayor facilidad.

Otra cosa. En realidad estuvo bien que la chica no fuera. ¿Qué tal si llegaba y solo por presión mediática aceptaba la confesión de amor del joven? Hay parejas que adoran el exhibicionismo, pero no se dan cuenta que esto condiciona el comportamiento. Mejor es recibir un “no” sincero (en este caso implícito) que un “sí” cobarde e inseguro.

Igual hay que felicitarlo al amigo en cuestión y que camine con la frente en alto. Realmente lo hizo perfecto, hay chicas que se hubieran derretido por el detalle. Nada se le puede reprochar, porque hizo lo que un buen enamorado hace… Al menos la ausencia de la chica le ahorró tiempo de vida para seguir buscando a otra musa.