‘Nada, solo te miraba’
¿Nunca se han sentido tan feos que resulta increíble tener a la mujer que tienen como enamorada? Digamos que pasaría si eres víctima de los estándares de belleza comercial, que emparejan a las más bellas con los más bellos, mientras que los demás mortales simplemente son ignorados. O sencillamente te consideras fueras del deleite de lo interracial. Pero algo es cierto: la belleza es una apreciación muy personal y, por lo tanto, variable como para encasillarlo en estereotipos.
“¿Por qué me ves así?”, es una pregunta que constantemente me la hace Karla, mi enamorada, cuando la veo simplemente tomar algún jugo con burbujas en un local miraflorino o su mirada atenta y sonrisa repentina cuando descubre que la observo detenidamente mientras ella ve su novela favorita en el Canal 4. Siempre le digo que se trata de nada, pero en realidad es algo mucho más profundo. Además de la incredulidad mencionada al inicio, se trata de disfrutar cada línea del gesto facial o la armonía de lo que la naturaleza hizo en ella como para relacionar carne, hueso y alma en un solo ente.
Entonces, mientras ella no se da cuenta, me acuerdo bien de Giordano Bruno sobre el Anima Mundi, concepto que refiere al espíritu etérico puro. Digamos que es lo que anima la naturaleza de todas las cosas como la misma alma anima al ser humano. Platón lo explica mucho mejor.
Por tanto, es de resaltar que: este mundo es, de hecho, un ser viviente dotado con alma e inteligencia […] una entidad única y tangible que contiene, a su vez, a todos los seres vivientes del universo, los cuales por naturaleza propia están todos interconectados.
Y este solo es el hilo de la madeja. A esta idea se suma otra que no identifica como belleza los elementos físicos descriptibles a primera vista, pues estos son solo reflejos de nuestra necesidad. Por lo tanto, la belleza debe percibirse esencialmente cuando la vida descubriéndose a sí misma, siendo esta eterna como el reflejo de un espejo al sagrado rostro de la vida.
Al menos para mí, esta es la verdadera belleza. Lástima que es algo complicado de explicar de buenas a primeras cuando la fuente de ésta solicita explicaciones de lo que mis ojos tanto acarician a corta distancia. Bueno Karla, he aquí una explicación más detallada de mi sonrisa tras responder inocentemente: ‘nada, solo te miraba’.
Foto: wallyg – Flickr. Bajo licencia de Creative Commons