He aquí una musa resuelta de anonimato

Gracias a todos por haberme saludado por mi cumpleaños vía Facebook. Un día como ayer en 1989 me tocó nacer por cosas del destino, y siempre me pregunté si en realidad deben felicitarme a mí o a mi madre, quien hizo el esfuerzo sobrenatural de sacarme de sus entrañas para iniciar mi vida.

Resulta bonito saber que más de 40 personas se han acordado del detalle, dejando algún recuerdo simbólico en la red social. Entre todos los saludos, resulta curioso leer a quienes jamás pensé volver a saber de ellos tras años de incomunicación. No faltan los recurrentes, los amigos de siempre, los familiares de siempre y algunos que de seguro se tomarán el tiempo mañana para felicitarme, cosas que siempre suceden.

Sin embargo, un evento especial tuvo este cumpleaños en la red social de Mark Zuckerberg. Mi enamorada Karla escribió por primera vez en Facebook, evento que hemos considerado especial por las circunstancias en las que se redactó el mensaje, además de la historia que nos precede.

Tuve la oportunidad de verla escribir mientras reíamos del destino en la playa Lobos, al sur de Lima. Tendida sobre la arena con mis lentes de sol y mi característica pañoleta, ella hizo que reflexione sobre su valentía de aparecer en mi muro, deseándome un feliz día sabiendo que ella formaba parte de él. Me llamó la atención su gallardía al lucirse entre los curiosos que se preguntaban por la bella chica de la foto que aparecía dándome un beso en Facebook, esfuerzo que me recordó algo especial sobre nuestra relación.

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Hace unos días, Karla me preguntó, con cierto asombro, sobre la valentía y determinación que tengo al escribir de ella tan públicamente en este blog, expresando sin tapujos los más sinceros sentimientos con nombre y apellido. Le dije que lo hacía por amor, por tener ahora la inspiración de expresarme sin miedo al qué dirán, al fracaso que autocensura las más bellas habilidades, como sucedió con mi regreso a la poesía. Ahora me enternece notar que ella hizo exactamente lo mismo por mí: revelarse contra el anonimato por amor, desearme un gran día sabiendo que ella estaba a mi lado, compartir conmigo nuestra primera foto sin temor a los demás, haciéndose notar como la musa confesa que es para este escritor y dedicándome un beso ‘muax’ como firma de sus labios.

“Me conformaba con un gracias… Pero tú siempre sobrepasas mis expectativas. Por eso me enamoré de ti”, acaba de decirme sobre mi menudo estilo de agradecerle su bonito gesto. Qué le puedo decir, una pasión es una pasión, aunque ya va comprendiendo la inspiración de mis letras cada día.

Foto: kaysha – Flickr. Bajo la licencia de Creative Commons