Cuando las parejas confunden el cariño por los favores…

Cuando tienes enamorad@, pasa que reclamas gestos bonitos ante la indiferencia de la pareja hacia tu cariño. No faltan frases como “¿Por qué no me dices nada, pese a que engrío?” o “Yo soy la única que hace por la pareja” que muestran la frustración de quienes brindan detalles para recibir algún agradecimiento.

Lo cierto, pese a quien le pese, que exigir gestos bonitos por el cariño que damos no tiene sentido. El cariño de verdad es desinteresado, por lo que no se debería esperar un detalle de vuelta. Hay personas que confunden el cariño de verdad con los favores hacia la gente. Dar cariño no puede ser moneda de reclamo si sientes que la pareja no te cumple los gestos que tú quieres.

Al fin y al cabo, Dios hizo a los hombres con libre albedrío y cada persona tiene la voluntad de sentirse y expresarse como mejor parezca. Reclamar cariño por el amor que se brinda hace de los sentimientos una transacción que no debería ocurrir, salvo por decisión en cada persona. Ahora, se puede querer que esa persona especial sienta esas ganas porque te hace feliz, pero eso no obliga a nadie a que lo cumpla. En cristiano, lo que tu desees no son órdenes para la pareja, aunque sientas que entregas cariño incondicional.

Lo mejor ante la indiferencia a los gestos que esperamos en vano es pensar con cabeza fría, conversar con la pareja y saber qué es lo que está pasando. Puede ser, por ejemplo, que el amor se haya congelado por la rutina o simplemente no sienten mayor sorpresa en conocerse como enamorados. Siempre se recomienda conversar para no esperar en vano y en silencio aquella caricia que no llegará.