Me llevé de tu cama la almohada en la que soñaba despertarme a tu lado toda una vida. No podía ser tuya la imaginación y debería ser mía la ilusión de un sueño en el que solo dormí yo. Allí descansan tus narraciones dentro de mis historias y la creatividad hecha espuma viscoelástica. Déjame llevarla a mi cama y a otras tantas camas para perseguirte sin acordarme de las culpas. Ser amantes así sin que puedas hacer nada mientras, debajo de mi cabeza, habita el universo en el que me adueño de los desenlaces a nuestra historia.
Ladrón de almohadas


Deja un comentario