Hablaron por nosotros
los nervios
de reconocernos
en historias
de otros…
Nos encontramos
como testigos
de lo perdido
a lo que amamos…
Bastaron las cortesías
para no arrastrar
las palabras desde ayer
y saludarnos
con el deseo
de hallarnos
en historias
tan distintas
como nuestras
para sonreírnos
con el alivio
de que ahora
no somos los mismos
sino hasta peores
pero aliviados
de ser quienes
nos tocó vivir.
Saludos fugaces


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