Siento el alivio
de no haber más espacio
para levantarse
ni aire suficiente
para gritar,
el agrado de convertirme
en desesperanza
y en la indignación
de los injustificados.
Que siento la alegría
de los miserables,
la resignación
de los modales
y las costumbres
menos apropiadas.
Ya quisiera volar
para rasgar
las superficies
de la tierra,
dejarme llevar
a donde nadie más
me quiera ver
y vomitar la lisura
e incomprensión.
El alivio


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