La estafa más insólita en Airbnb

Viajar. ¿A quién diablos no le gusta viajar? Tomarse la fotito ridícula donde todo el mundo hace el ridículo y así parecer chévere en tus redes sociales, porque viajando nada sale mal, ¿verdad? Incluso si esto pasara, quedaría en lo anecdótico y todo se perdona, porque el mundo es así, una maravilla a pesar de que hay gente mala por igual en todos los continentes.

Imagino que algo de esto es lo que pensó Ben Speller, quien viajó hasta Amsterdam para ver el partido del Tottenham contra el Ajax por la Champions League. ¿Qué puede salir mal en el primer mundo? A última hora ingresó a Airbnb, esta conocida app de hospedaje, y reservó una «casa limpia con baño privado” por 134 euros.

¡Uno dirá qué suerte! Pues bueno, la cuestión es precisar a qué llamas «casa», porque resultó que el espacio rentado era en realidad un «contenedor-casa». Así es, contenedor, el mismo que trae y lleva mercancía en los buques o grandes tráileres por carretera.

«Tan pronto como abrí el contenedor huí de allí», declaró Ben al portal AT5. Después de la salida de Ben, el dueño de la «casa» agregó que se trataba de un «contenedor-casa», algo que debió haber hecho desde un principio.

Lo curioso es que el propietario del contenedor tiene otro con las mismas características operando en la misma ciudad donde acudió Ben.

Las autoridades municipales están tras su pista, porque se trata de una actividad comercial ilegal. La policía sigue tras sus pasos.

Sea quien fuese, a pesar de haber engañado a un usuario de Airbnb, sí que tiene un talento para adaptar contenedores. Cómo de curiosa es la cosa: a uno lo estafan y en el fondo descubre un negocio bastante interesante de reciclaje de contenedores. De la mierda se hace el abono, reza el dicho.