La casa

Hay una casa habitada de ilusiones en la que se desarrolla una vida inventada y que no es la mía, pero sí tan mía como la resignación de las desilusiones. Allí transcurren los pesares de una vida arrebatada por la prisa, los horarios impostergables, el descubrimiento del amor a cada noche cuando por la mañana amenazaba con no verte nunca más. Hablo las ilusiones de desvestirte con el alivio de ser pasajeros a la rutina, vulnerables a las promesas, enemigos en tregua por quienes trajimos a la vida. Y ahora, en esa casa, duermen los artífices de una vida inventada a la que abandoné por vivir.