Tostadas al anochecer

Hay una edad en la que el amor se encuentra en la última tostada del lonche y compartiendo con quien debates haciendo fila en el supermercado o quien te arropa una vez dormido después de la valeriana. Es que las emociones están sobrevaloradas como los viajes a Europa y cenas de dos en dos en Instagram cuando viajas con quien te lleva a todas partes sin alzar vuelo y el hambre simplemente es la anécdota del día aunque no sepamos qué iremos a comer después. No me malinterpretes que no me jubilo aún del trabajo aunque ya quisiera jubilarme del amor; cobrar a cuotas los besos para quejarme de que siempre hacen falta y discutir sobre quién será el último en dormirse para apagar la televisión y el primero en despertar para desnudarse a la hora de amar. Es que no quiero encontrarte donde todos buscan sino encontrarnos donde no hay nada que buscar, y así andar contigo y andar por andar al ritmo de improvisaciones, casualidades y tostadas al anochecer.