Ya no te quiero ver

Qué peor que no dejarte hablar
mientras te besaba
y ahogaba las palabras
en saliva, gemidos y sudor
Creo que no quise oirte
Creo que nunca supe
dónde estuve
cuando te cerraba
los ojos a besos
y mis besos
no atravesaban la piel
y en tu boca
no había más magia
que el «ya no te quiero ver».